viernes, 20 de julio de 2007

Chilenos fotologueros totales


LA URGENCIA POR APROPIARSE DE LA RED



(Foto: fotomedia.blogspot.com)




Los chilenos resultaron ser los mayores usuarios del sistema Fotolog en el mundo. Un resultado que –en lo personal- sorprende bastante al revelar que, tal como lo demuestra el estudio "Fenómeno fotolog en Chile", de la Universidad Central en conjunto con la consultora Divergente, nuestros jóvenes connacionales encabezan la apropiación de un fenómeno tecnológico que logra trascender la pantalla.

Fotolog es un sistema que, propiamente tal, es mucho más simple de los resultados que alcanzan sus usos posibles. Se trata de páginas de publicación de fotografías digitales en forma de bitácora o diario de vida on line, donde también es posible escribir y –lo más importante- recibir comentarios de otros navegantes de la red, sean o no usuarios del sistema.

¿Qué podría importar el que los usuarios chilenos sean quienes aprovechan en mayor medida esta nueva forma de expresión? Por lo menos, para el diario La Tercera y las informaciones de la propia universidad coautora del informe, lo que sobresale es que se evidencian tendencias erotizantes bastante precoces, pues son los jóvenes quienes más acceden a Fotolog.

¿Nos habremos perdido de algo? Todo parece indicar que sí. La discusión en torno a la importancia de la masificación de la tecnología y las apropiaciones de sentido que hacen los usuarios respecto de la misma resulta ser el corazón de la sandía. Sin embargo, ni quienes dan a conocer estas informaciones, ni quienes realizan el estudio reparan en este pequeño, gran y jugoso detalle.

La posibilidad de publicar imágenes y textos sin un filtro previo y, más aún, la formación de verdaderas comunidades virtuales son el centro semidulce de la comunicación a través de la red al abrir una instancia que permite el flujo de informaciones de manera casi-casi libre. Un torrente en el que podrían incluso ser cuestionadas las bases que sustentas el sistema actual, el mismo cuyo corazón es la propia red Internet.

Lo preocupante es que, tal como acierta este estudio, los análisis arrojan una realidad no tan liberadora: La mayoría de los espacios muestra que el uso que hacen los jóvenes corresponde a expresiones replicadoras más que innovadoras. Vale decir, abundan Flogs de fanáticos de artistas, chicos pertenecientes a las llamadas tribus urbanas y otros especímenes de la fauna juvenil.

Si bien, como muchos autores señalan, en términos sociales el uso de las tecnologías no es bueno ni malo de manera intrínseca, el desafío es encontrar en estas prácticas comunicacionales nuevas formas de lectura y producción de imágenes de realidad para jóvenes que, pese a tener información a raudales, siguen conformándose con una pequeña, poco creativa pero rimbombante parte del mosaico mediático.

Queda mucho por decir. Si hay cosas en las que estudios de este tipo se quedan cortas es en hablar de lo que no es evidente y de lo que verdaderamente significa el potencial de lo que se analiza. Ya se dice por ahí que la información no está en lo que se dice, sino en lo que no se dice. Sólo hay que bucear.

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