A destiempo, sí. No siempre las ideas van acorde al ajetreo citadino. Sin embargo, hay asuntos que no pierden relevancia, pese a la insistencia sistémica de relatar la vida en un juego pirotécnico estridente que, ágilmente, se disipa en un lugar desconocido.
Rescatar el tema justo antes terminar este año, no tendría nada en especial si no fuera porque, para el maravilloso mundo de los medios de comunicación, es tiempo de hacer recuentos de cosas importantes. Hasta el momento no he visto nada (espero equivocarme).
El asunto es el siguiente: Frente al hecho de una menor de edad semidesnuda en un programa de televisión en horario de adultos y, más aún, transmitido por “El canal de todos los chilenos”, TVN, dos panelistas del farandulero matinal de Chilevisión, Sálvese quien pueda (SQP), pasaron los límites de la peculiar libertad de expresión practicada en la estación televisiva. Resultado: Fueron sacados de pantalla.
Porque, claro, si es en tono de risas, en forma de burlas e, incluso, un tanto denostativamente, las críticas pasan el filtro. Lo que al parecer no se acepta en el canal de Piñera es hablar en serio y utilizando el vocabulario adecuado. Se acepta que el epíteto de “pedófilo” no esté acorde a los hechos, por referirse a la inclinación de personas adultas a sentir deseo sexual hacia niños, sean púberes o prepúberes.
Pero cuando Alejandra Valle y José Miguel Villouta se refieren a los ejecutivos de Televisión Nacional como “proxenetas”, la verdad, no están tal alejados de la realidad. Un proxeneta es un “rufián, cafiche, padrote, sujeto que vive de la prostitución de una mujer”.
Lo que no se entiende
Simplemente, lamentable. Sálvese quien pueda, irónico nombre de un programa de televisión cuyo único aplomo para mantenerse al aire es (o era) contar con un panel de calidad que le subiera el pelo al bodrio que tiene por contenido.
Farándula suele llamarse al comidillo de la vida de los famosos (y otros no tanto). Esos seres ungidos que tanto nos gusta observar y emular. Se acepta que de algo ha servido, y es para conocer la miseria humana en que muchos viven. Pero, ojo, todo lo anterior es posible gracias a un grupo de comentaristas medianamente preparados.
Y es justo allí, al centro de la sandía, donde se ha dado la estocada a sí mismo el señor Rodrigo Danús. ¿Es lógico pensar que, porque Valle y Villouta señalaron que los ejecutivos de TVN estaban ganado dinero a costa de la exhibición erótica de una niña, ambos deben ser eliminados?
Claro que sí. Evidente. Así funciona la esquizofrénica industria de medios de comunicación, capaz de dar el espacio para debatir temas realmente profundos y, un segundo más tarde, cortar cabezas si es que una verdad daña un canje o frunce un ceño.
Lo cierto es que el mencionado programa de TVN parecía no prender tanto como su precuela, el primer Pelotón. Y es que el público se acostumbra a lo que ve en pantalla. Los chicos desconocidos y sin tanto cuento de esta versión no parecían hacer el peso a lo ya exhibido.
Entonces, como una solución efectista y burda, se decide incluir –sin competencia, así, sin más ni más- a dos nuevas participantes: Una menor de edad que gusta de ducharse en topless frente a cámara y otra chica que, sin que sus padres lo supieran, había trabajado en un “café con piernas“ para pagar sus estudios. ¿Rentable, no?
Basta recordar que hace un tiempo, cuando la también siliconada María José López, bailó con pechugas al aire frente a una delegación del Regimiento Granaderos de San Bernardo (escena que, por cierto y con otro rostro fémino, es inédita en la institución!), la reacción de los vigías mediáticos fue algo más responsable.
El Consejo Nacional de Televisión, CNTV, amenazó con multas, incluso, siendo Quique Morandé desconocedor de la edad real de López. La rubia (morena o quien sabe) había falseado su edad apoyada por su madre y su manager. ¡Son los esfuerzos que hay que hacer para ayudar a crecer a los hijos! ¿O no?
¿Es que nadie va a pronunciarse? ¿Es que nadie se siente estafado por tener que ver las mamas plásticas de una cabrita en pos de la sintonía del canal de Estado de Chile? ¿Es que nadie encuentra que mandar a freír monos a Alejandra valle y a José Miguel Villouta es una soberana e hipócrita idiotez?
Mmm… sigo observando resúmenes en espera de algo más que lo de siempre.